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Negocio Personal

Luego de hablar con cientos (si no miles) de creadores hay algo que me llama poderosamente la atención.

La gran mayoría atraviesa los mismos problemas con su negocio:

  • Miedo a la cámara
  • Pánico al “qué dirán”
  • Tendencia al perfeccionismo
  • Parálisis por análisis
  • Miedo a que “le roben” su trabajo o ideas

¿Lo loco?

Que ninguno de ellos es un problema de negocio como tal.

Hoy quiero hablarte de una idea que para mi es el cimiento sobre el cual quiero construir mi negocio por el resto de mi vida. Una imagen que me ayudó a entender cómo superar los problemas anteriores, que poco tienen que ver con el negocio.

Todo lo que enumeré más arriba como problemas de negocio son problemas personales. No se resuelven con habilidades de negocio, sino con habilidades personales.

Esto que parece una obviedad, es la respuesta a la mayoría de las contradicciones que se ven en cualquier empresa o marca personal.

 

Cuando no tenemos claro el origen del problema, no vamos a dar con la solución.

Registrar que el miedo a la cámara requiere que nos preguntemos de dónde viene y que seguramente tengamos hacernos cargo de nuestras creencias es la primera puerta para el crecimiento personal que lleva al crecimiento de negocio.

Aceptar el miedo al rechazo que nos juega una mala pasada cada vez que queremos vender nuestro producto o servicio es la llave para abrir la puerta del éxito en la venta para muchos.

Razonar sobre la idea del “robo de ideas” nos ayuda a registrar lo posesivos y dependientes que vivimos en general.

¿Lo bueno y malo a la vez?

Que si no resolvemos la raíz del problema y lo pateamos “para más adelante” no vamos a crecer. Ni nosotros ni nuestro negocio.

Delegar es tan sencillo como buscar a alguien que haga las cosas mejor que nosotros y cobre menos que nosotros por su tiempo. Pero toca la fibra del perfeccionismo, la dependencia, la inseguridad, juzgar a otros y que otros nos juzguen, lidiar con el miedo a “que nos roben” (más apego), asumir la responsabilidad de ser los que lo elegimos, confiar en un otro y ocuparse de problemas más importantes con el tiempo que ganamos.

Si no somos conscientes de lo que verdaderamente está pasando en nuestro cuerpo, en nuestras emociones, en nuestra vida, mucho menos vamos a serlo en nuestro negocio.

Y como te imaginarás, no hablo de cualquier negocio. Hablo de un negocio especial, de uno que toca tu fibra íntima, tu despliegue, tu felicidad y tu Propósito. Me gusta llamarlo “Negocio Personal” porque justamente su crecimiento depende del crecimiento personal y el crecimiento de negocio.

Y hay una figura que lo representa a la perfección:

La escalera (al cielo)

 

Es una escalera que tiene una pata anclada sobre el crecimiento personal, otra sobre el crecimiento de negocio y escalones que representan habilidades y experiencias (que son habilidades puestas en práctica).

(Mientras escribo este texto me acordé de la canción de Led Zeppelin y la puse de fondo. Después me di cuenta que habla de lo mismo que te estoy hablando. ¿Coincidencia? 🤔 )

¿Y por qué me resulta reveladora esta imagen?

Porque cuando veas a tu negocio con ella te vas a dar cuenta dónde está el problema actual. Es difícil “clasificar” cada situación, pero voy a contarte las 4 más frecuentes:

Los que empiezan con su negocio o marca personal y…

  1. prueban (muchas) estrategias, se frustran porque no funcionan y abandonan
  2. encuentran una estrategia que les funciona pero se estancan y no logran encontrar rumbo
  3. llevan varios años con buenos resultados, están cerca de “ese éxito” que desean pero no llega.
  4. alcanzaron el éxito que se proponían pero ven que “la cima” no es lo que esperaban.

Quisiera aportar un poco de luz sobre cada situación, para que si te sientes identificado o identificada con ella tengas recursos para detectar dónde está la oportunidad.

 

1. Prueban (muchas) estrategias, se frustran porque no funcionan y abandonan

La mayoría de las veces el problema aquí está en lo siguiente: tienen un producto o servicio basado en el “qué” y no en el “porqué”. Esto hace que no tengan un mensaje único, ni una audiencia definida y mucho menos criterio para desarrollar una estrategia.

Si estás vendiendo un producto que puede adquirirse en cualquier lugar y no tienes el precio más bajo ni la conveniencia mayor es muy probable que no te elijan. Si vendes lapiceras a $10 y otro vende las mismas a $8 ¿por qué te la comprarían a ti? Si la vendes a $8 pero tu competencia además las entrega a domicilio a quién le comprarán?

El “problema” de vender el qué es que te metes en un mercado “comoditizado” y siempre habrá alguien más barato o más accesible. Lo mismo pasa con los servicios. Si vendes servicios de community manager… ¿qué te diferencia del otro community? Damos por sentado que eres bueno o buena para hacerlo, así como tu competencia (sino ni siquiera te considerarían). Si tu competencia vende más barato no te elegirán.

Y el problema principal que se da aquí es que aparece una “estrategia de venta” muy tentadora (que en realidad es una enfermedad): BAJAR EL PRECIO.

Cuando bajas el precio para ser el más barato atraes a los peores clientes del mercado. La motivación cae por el suelo, la rentabilidad a veces es inexistente y tarde o temprano termina en burnout y quiebra.

Pero tranqui… ¡esto tiene solución!

Y la solución “rápida” viene a través del marketing… la disciplina que te ayuda a entender de qué se trata la dinámica del mercado. Muchas de las habilidades que te ayudarán en esta instancia están en este post sobre skill-stacking.

La solución “larga” viene a través del círculo dorado de Simon Sinek, el Ikigai, estoicismo, coaching, terapia o cualquier espacio seguro en donde nos animamos a hacer preguntas difíciles sobre el rumbo que queremos tomar con nuestra vida. A pasar de pasivos y expectantes de lo que sucede o víctimas de lo que nos hacen o las circunstancias a ser PROTAGONISTAS responsables de lo que hacemos y cómo lo hacemos. Esto también está en el post sobre el «Modo Da Vinci»«Modo Amateur » 🙂

Una última aclaración. Siempre te estoy hablando del negocio alineado a tu propósito. Hay muchos negocios alrededor de commodities que son rentables, como algunos ecommerce de dropshipping con productos de China. Estos negocios que buscan simplemente (aprender a) hacer dinero no tienen nada de malo en sí, pero no son los que intento guiar en mi blog.

Encuentran una estrategia que les funciona pero se estancan y no logran encontrar rumbo

Aquí están las personas que aprendieron lo suficiente sobre marketing como para hacer rentable su negocio. Reemplazaron con su ingreso como independientes el sueldo que tenían en relación de dependencia.

Normalmente son los “autoempleados”.

Muchas personas están bien así durante años (así como lo estarían en relación de dependencia). Están estables y en su zona de confort.

Peeeeeeeero… en algún momento algo adentro les empieza a picar. Sienten que están para más o bien que ya no se sienten cómodos haciendo lo que hacen desde hace años.

Entonces empiezan a intentar crecer y se encuentran con que han quedado un poco “detrás” de su competencia. O directamente que no saben qué hacer para crecer.

Muchas veces son los que, en la desesperación, compran servicios de agencia bastante costosos para escalar o crecer pero no tienen resultados exorbitantes.

Y no siempre es culpa de la agencia de turno… sino con que el problema radica más en el desconocimiento de si mismos más que del negocio.

No se puede comprar el rumbo. El rumbo se encuentra. En el mejor de los casos, podemos comprar la ayuda de alguien que nos enseñe a detectar “por dónde”. Sobre eso te compartí en el caso anterior, pero creo que aquí sumaría la posibilidad de animarse a crear un proyecto paralelo que no necesite ser rentable sino que siga alguna motivación intrínseca.

Es decir, mantener ese negocio rentable y en paralelo utilizar el tiempo para poner a prueba a eso que “creemos que queremos hacer”. Esto es lo que hice yo y te compartí en mi primer post sobre la vuelta al blog:

Eché a todos mis clientes, bajé todos mis productos y servicios, dejé de trabajar con agencias y freelancers y me quedé con un proyecto que requería poco tiempo, pagaba bien y me desafiaba. Mientras tanto puse TODA mi energía en desarrollarme puertas adentro para encontrar nuevamente el rumbo.

 

Llevan varios años con buenos resultados, están cerca de “ese éxito” que desean pero no llega.

Las personas con las que he dialogado que estaban en esta situación eran buenísimas manejando su negocio pero trabajaban solas. En el mejor de los casos con algún freelancer, pero no veían motivo para armar un equipo.

No es un requerimiento, pero por lo general, la expansión de negocio para llegar a “ese éxito” que desean viene de la mano de armar un equipo con experiencia en las diferentes habilidades que necesita el negocio.

No me refiero a un equipo de 1000 personas. A veces son 2 o 3 roles clave los que se necesitan. En la mayoría de los casos ni siquiera son full time. Pero sí hay un compromiso, una misión, sinergia y continuidad.

¿Qué pasa si no sé qué roles necesito para mi negocio?

Hay muchas formas de “detectar” el perfil que necesitas. Dentro del curso que se viene voy a compartir algunas, pero lo más probable es que una persona con un negocio con buenos resultados sepa dónde encontrar la respuesta. Si no lo ejecuta es porque algo lo detiene.

AHÍ es donde tiene que trabajar. Muchas veces tiene que ver con la desconfianza en los demás, otras en el apego con su negocio, con la falta de confianza en sí mismo… la raíz puede venir de muchos lugares, y es tarea fundamental trabajar en esto para expandirse.

¿Qué hice yo?

Aún en medio de un proceso personal fuerte, intenso y expansivo (imagina que dediqué unas 6hs diarias durante 3 meses solo al trabajo personal y que luego de eso dedico 2hs al día) decidí buscar una persona que me ayudara con algo puntual.

En mi caso elegí buscar ayuda para posicionarme en LinkedIn. La búsqueda me ayudó a dar con un perfil que no tenía experiencia en posicionamiento de LinkedIn, que cobraba más de lo que yo había pensado invertir pero que por algún motivo mi intuición me mostró que era interesante analizar. Después de las entrevistas me di cuenta que tenía mucho potencial, que muchas cosas las hacía mejor que yo y que conectaba (entendía) lo que yo quería crear (incluso cuando yo no lo tenía tan claro).

Solo para que dimensiones la decisión: buenos perfiles, muchos con experiencia en posicionamiento en LinkedIn me ofrecieron trabajar gratis durante meses. Pero no elegí por precio, elegí por afinidad al proyecto y por capacidad.

Cuando el Propósito está claro, la rentabilidad al corto plazo queda a un costado, el foco se pone en expandir primero hacia adentro para poder luego hacerlo hacia afuera. Mientras escribo estas palabras estoy lejos de mis ingresos máximos del año pasado o el anterior, pero más cerca de crear el negocio que sí tiene la capacidad de generar 10x o 100x lo que generé previamente en cualquier dimensión que se quiera medir (ingresos, felicidad, impacto, crecimiento personal, equipo…).

 

Alcanzaron el éxito que se proponían pero ven que “la cima” no es lo que esperaban.

Aquí están los emprendedores de raza. Esos que con mucha resiliencia, esfuerzo y tiempo lograron sortear todos los obstáculos para crecer. Tienen su equipo funcionando, sistemas y procesos estandarizados, evaluación de desempeño claro, muchas caídas en el camino, gran cantidad de contactos, tonelada de testimonios positivos y gran manejo de las finanzas.

Tranquilamente puede ser uno de esos perfiles que admiras enormemente, uno de tus héroes.

Debo admitir que no tuve la suerte de hablar personalmente y en profundidad con muchos, puedo contarlos con los dedos de la mano, pero tanto ellos como muchos otros de los que escuché o sigo (Vanessa Lau en 2023 por ejemplo) tenían muchas cosas en común.

Alcanzaron el éxito que se habían propuesto. Incluso lo habían superado enormemente. Tenían el auto soñado, la casa, el perro y a veces los hijos, peeeeeeeero.

Construyeron un sueño que habían tenido hacía muchos años y no se tomaron el tiempo de ir actualizándolo a medida que crecían.

Aún así, están en una gran posición (si lograron detectarlo a tiempo). Porque lo que han construído les permitirá seguir moviéndose con velocidad hacia el pivoteo que necesite su vida.

No tiene mucho sentido ahondar aquí. Primero porque dudo que muchos estén aquí, segundo porque es donde más personal se vuelven los “problemas” y las soluciones.

 

 

Quiero cerrar con la imagen con la que abrí. Porque en todos los casos ilustra el problema general.

Nuestro negocio personal crece consciente y sanamente sí y solo sí ambas patas están firmes y no falta ningún peldaño.

 

“There walks a lady we all know.

Who shines white light and wants to show how everything still turns to gold.

And if you listen very hard, the tune will come to you at last.

When all are one and one is all, yeah. To be a rock and not to roll.

And she’s buying a stairway to heaven”

– Led Zeppelin

¿Quién es Zeke?

Soy un creador de contenido y conferencista internacional sobre economía de la atención en RRSS, marketing de contenidos y negocios digitales.

Me apasiona la búsqueda de la felicidad y despliegue alrededor de la marca y el negocio personal.

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