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Mi camino hasta aquí y lo que se viene

Nunca imaginé que iba a llegar tan lejos… De hecho, jamás siquiera pensé que en algún momento de mi vida iba a hacer algo así.

Quiero que te imagines a un ingeniero con: camisa a cuadritos, jean clásico, anteojos, zapatillas que no combinan con nada… Hace 3 años ése era yo. No usaba redes sociales, no tenía cuenta de Instagram. Trabajaba en el negocio familiar un montón de horas y me sentía estancado, frustrado.

Pero “algo hizo” clic en mí cuando un amigo me mostró un carrusel de Instagram que hablaba sobre marketing.

Creé una identidad secreta… a mi cuenta no le puse “Ezequiel” (mi nombre) sino un apodo con el que nadie me reconocería. Así nació “Zeke”.

Desde el 25/1/20 (día que publiqué mi primer post) no paré de intentar hacer eso que había visto en esa cuenta de un creador húngaro.

Me llevaba más de 4 horas armar un carrusel de 10 diapositivas. Y eran horribles cuando los terminaba.

Intenté usar frases famosas entre carrusel y carrusel pero sentía que no estaba aportando absolutamente nada. Publicarlas solamente me hacía sentir que había cumplido, pero sabía que no servía.

Pasó un mes y todavía no había usado una sola vez las “stories”… mucho menos poner una foto en la que se viera mi cara en un post. Me daba vergüenza. Pensaba en lo que dirían los que me conocían “como ingeniero”. ¿¡Qué dirían mis amigos, mi familia, vecinos !?

👉🏻 Pasaba el tiempo y seguía creando publicaciones que no me gustaban y sintiendo que perdía mi preciado tiempo, pero eso no era lo peor.

Lo peor era que (casi) nadie miraba mi contenido. Tenía menos de 50 seguidores y mis publicaciones llegaban a 10 likes en su límite (y uno era mío). Por dentro me preguntaba: ¿Qué estoy haciendo con mi tiempo?

Mi nivel de desesperación fue subiendo al punto que probé hacer publicidad para llevar gente a mi perfil. Invertí algo así como 50 dólares y recibí más de 1000 visitas de los que se convirtieron… 0 nuevos seguidores.

Algo andaba mal. Compré otro curso, me la pasaba estudiando a otros creadores (la mayoría en inglés) y no podía salir del estancamiento.

Ahora estaba atascado en el barro en mi trabajo “real” y en mi intento de “negocio digital”.

Quisiera compartirte «el secreto» que hizo que pasara de eso a crecer de a cientos de seguidores nuevos en la comunidad por día. Pero la verdad es que más que una fórmula mágica lo que sucedió fue lo siguiente:

Un buen día, un creador griego compartió que había terminado un gran reto personal… Crear 100 carruseles en 100 días. Otra vez, algo adentro mío me dijo “tienes que probar”.

Y sin darle muchas vueltas al asunto empecé… Primer día, segundo día, octavo día, décimo día… De a poco comencé a notar que podía crear contenido más rápido, que podía simplificarlos un poco y que se me ocurrían mejores ideas para los títulos.

Cuando llegué al día 60 compartí mis resultados hasta la fecha. Realmente era muy notorio el cambio: tardaba menos, me gustaban más, eran más fáciles de consumir, tenían más interacción, habían comentarios interesantes, el alcance era óptimo.

Y llegué al día 100. Lo celebré con un gran carrusel compartiendo mi sentir de ese momento. Fue unos días antes del nacimiento de mi hijo Bautista (sí, en plena pandemia).

Mi foco estuvo en llegar a 100 carruseles en 100 días, intentando mejorar mis habilidades. Y lo logré. Como consecuencia de esto (y de mucho tiempo dedicado a mi comunidad) crecí en seguidores también. De unos 600 a unos 6000.

Algo que empezó inocentemente como un hobby que disfrutaba tomó forma de negocio, muchas personas que querían aprender a hacer lo que yo estaba haciendo.

🏁 Y ése fue el principio del fin, renuncié al negocio familiar (con todo lo que eso implica). Renuncié al sueldo fijo sabiendo que no alcanzaba a cubrir mis gastos de vida (es decir, tenía que usar ahorros para vivir).

Sabía que iba a encontrarle la vuelta. Esta situación era transitoria. Ya había validado que las personas querían que las acompañe y que estaban dispuestas a pagarme y que si bien no era mucho lo que cobraba, si conseguía suficientes clientes iba a dejar de necesitar ahorros para vivir.

Entonces empecé a transitar el camino de las “buenas prácticas” de todo negocio digital de un creador de contenidos digno de ser ponente internacional.

Cree un servio de mentoría, mi facturación fue creciendo, proyecté y llevé a cabo un programa de 12 participantes.

Contraté una empresa de copy y un trafficker y le dimos forma a secuencias de correos, landings, workshops, Telegram, anuncios, métricas… Y para completarla accedí a transformar mi producto en un high-ticket (cómo verás acá la vorágine ya es una locura).

Fue todo un show.

Creció el equipo (éramos unos 6), hicimos lanzamientos, funnels, desarrollé nuevos productos, servicios y talleres. 

Empecé a dar charlas, clases y workshops por todo el mundo de forma virtual. Me contrataron grandes marcas y organizaciones. Me ofrecieron empezar a darlas de forma presencial. Me mandaron mi primer pasaje y estadía para dar una conferencia a más de mil personas.

Mi nombre empezó a sonar en ambientes que yo consideraba inalcanzables.

Pero algo no estaba bien…

Me sentía incómodo, a veces un poco angustiado, me dolía compararme con otros que la estaban rompiendo porque se habían mantenido enfocados en UNA COSA y yo no paraba de probar estrategias diferentes sin «encontrar la mía».

😢 Y comprobé algo que temía… terminé creando un negocio que no me hacía feliz.

No podía culpar a nadie. Todas las decisiones habían sido mías. Me sentí desilusionado después de mucho tiempo. Temí haber fracasado… otra vez… E hice lo que a veces es imposible de esquivar: fuí “hacia adentro”.

En estos últimos meses vengo trabajando a fondo en mí, analizando, revisando, proyectando, discerniendo, creando… algo que me cuesta describir. Creo que la mejor palabra es “visión”.

Creo que la historia de éxito que se cuenta difiere bastante de la imagen que nos hacemos muchos. No paro de encontrarme con emprendedores y empresarios pasando por situaciones similares.

Me empecé a preguntar si no habría otra manera de crear un negocio que genere desafíos que disfrute resolver y tenga en cuenta que soy UN ser humano con necesidades y deseos.

…y encontré respuestas.

Poco a poco empecé a hacerme mejores preguntas que me fueron llevando a ver todo con otros ojos.

Esta mirada me ayudó a ayudar de otra manera a los negocios y hace meses que vengo perfeccionándola en privado… Pero llegó la hora de pasar a la siguiente fase y de continuar con la validación, ayudando a más personas a través de mi experiencia.

En los próximos contenidos del newsletter te voy a contar mis ideas sobre los siguientes temas:

1️⃣ Borradores

2️⃣ Peter Pan

3️⃣ Da Vinci

4️⃣ Ser Amateur

5️⃣ Pilotos y carreras

 

Sé que suena medio loco, pero confía en mí. Arrancamos el sábado que viene… Si deseas aprender a crear el negocio que quieres en lugar del que dicen que tienes que tener… prepara el casco y las llaves para el próximo newsletter 😉

 

P.D 1: Por cierto no puedo ni quiero dejar de mencionar lo importante que fue contar con el apoyo de Clara, mi compañera de vida que hizo posible todo lo que te estoy contando. De hecho… ya vamos a hablar de eso también 😉 

¿Quién es Zeke?

Soy un creador de contenido y conferencista internacional sobre economía de la atención en RRSS, marketing de contenidos y negocios digitales.

Me apasiona la búsqueda de la felicidad y despliegue alrededor de la marca y el negocio personal.

Cuando estés listo, así es como puedo ayudarte:

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Este sitio web es propiedad de Ezequiel Novarino y es administrado por Zeke Novarino