Y si te digo que hay una estrategia que frente a “la temida hoja cero” podemos:
- No sentir que estamos soñando “demasiado grande”
- No nos da ansiedad el hecho de querer llegar a destino
- No sentimos angustia porque lo sentimos inalcanzable
- Generar la suficiente tensión para salir de la zona de confort sin sufrir
- Sentirse agobiado de solo pensar todo lo que resta por hacer
- Dar el primer paso con confianza
La llamé la visión del mínimo viable (MV), tomando prestado el término de la idea de “Lean Startup”. Un libro que compila lo mejor del modelo de producción japonés con la metodología ágil de las startups de Silicon Valley
Hoy te quiero compartir cómo lo implementamos los negocios personales y los aprendizajes que me llevo después de implementarlo para crear mis ebooks, cursos, programas, agencia y contenidos.
Cuando empezamos, no necesitamos grandes cosas.
Para crear nuestro primer video por ejemplo, no hace falta tener la última computadora, un videógrafo que grabe y se encargue de la edición y un asistente que lo cargue en todas las plataformas.
El mínimo viable nos propone hacernos esta pregunta:
¿Qué es lo mínimo que puedo hacer para (intentar) resolver el problema que me planteo?
Como veíamos en La primera vuelta, hay MUCHOS problemas por resolver a lo largo del camino. Sobre todo al comienzo. Veamos cómo utilizar el MV.
Estos son algunos de los problemas que tenemos que resolver cuando iniciamos como creadores en una red social:
- Elegir a quién le hablas
- Definir la promesa que le haces a tu audiencia
- Elegir tópicos y formatos de contenido
- Crear el perfil/biografía
- Crear los primeros posts
Pero antes de avanzar como locos a resolver esos problemas (que son los “mínimos” e indispensables para tener presencia) te quiero presentar una segunda herramienta que combina perfecto.
Fue desarrollada por Clayton M. Christensen, un verdadero ídolo de la innovación. Adaptándola a lo que necesitamos lo que nos dice es lo siguiente:
No es importante tu producto
No es importante tu cliente
Lo que importa es….
Lo que tu cliente está intentando resolver con tu producto
(a este problema que quiere resolver lo llamó “job”)
Esta forma de ver las cosas que importan generó una teoría llamada “Jobs To Be Done” (JTBD) que en español podríamos pensarlo como “tareas por resolver”.
¿Pero por qué te estoy contando esto? Porque esta visión se complementa a la del mínimo viable de maravilla. Gracias a ella podemos dejar de invertir recursos en activos que no nos sirven para nuestro negocio.
¿Cómo aplicarla? La realidad es que es bastante simple. Tienes que preguntarte lo siguiente:
- ¿Qué está queriendo “resolver” un potencial seguidor que visita mi perfil?
- ¿Qué estoy queriendo resolver con el mix de contenidos y formatos?
- ¿Qué estoy queriendo resolver con mi cuenta en la red social?
Vamos a profundizar en una como para que se entienda el ejemplo, pero estoy seguro de que vas a poder hacerlo por tu cuenta con las demás (y con todos los “jobs” que surjan en tu negocio).
Un potencial seguidor que visita tu perfil generalmente quiere saber:
- ¿Puedo confiar en tí?
- ¿Serás relevante para mí?
- ¿Qué puedo aprender de ti?
- ¿Por qué habría de seguirte?
Entonces… con nuestro perfil tendríamos que poder resolver este problema.
¿Cómo? Vamos con algunos ejemplos
Puedes confiar en mí si: tengo trayectoria, si me siguen personas que conoces, si me apoyan personas que respetas/referentes, si hablo en “tu idioma”, si se me percibe “humanizado”.
Seré relevante si: hablo de temas que te interesan, ayudo a personas que están en tu situación, prometo algo que para ti tiene un valor, doy una perspectiva “nueva” en temas que dominas.
Puedes aprender de mí: sobre los temas, ideas y conceptos que complementan lo que ya sabes. También si puedo ofrecerte un contenido más profundo sobre los temas que ya manejas.
Deberías seguirme porque: Creo contenido de forma regular, hago vivos donde ayudo a la comunidad, regalo cursos a mis seguidores, comentaré en tus posts agregando valor, doy una auditoría gratis…
¿Te estás dando cuenta que esta es una forma de ver TODO lo que haces de manera constructiva y con sentido en lugar de sólo hacer lo que dicen “buenas prácticas”?
Ahora vamos a combinar ambas miradas, la del JBTD y la del MV
¿Qué es lo mínimo que tendría que tener mi biografía para que las personas confíen en mí, vean los temas como relevantes y entiendan el valor que tengo para aportarle?
- 100.000 seguidores no es la respuesta.
- Altísima interacción no es la respuesta.
- Fotografía profesional no es la respuesta.
- Un diseño súper prolijo y ordenado no es la respuesta.
Y no solo ahora tenemos claridad de que todo lo anterior no es necesario sino que tenemos una mirada que nos ayuda a entender el proceso o el camino por el que tenemos que pasar.
En nuestra “primera vuelta” deberíamos de concentrarnos en una biografía que cumpla con:
Mostrar una foto que nos acerque al potencial seguidor
Describir de forma sintética cómo vamos a aportarle valor si nos sigue
Prueba de lo anterior a través de contenido u otras áreas que la red social nos permita completar.
Ni más, ni menos.
Incluso si quisieras tomarte mucho tiempo y algo de ayuda para darle forma, no debería llevarte más de 2 días para que quede Mínima y Viable.
Vamos con un ejemplo un poco más complejo:
Cuando pensamos en la frecuencia de publicación y los formatos de contenido a utilizar.
Empezamos con la mirada del JTBD: ¿Qué estoy queriendo resolver con mi contenido?
La respuesta suele ir por… “resolviendo problemas reales de las personas que quisiera que me siga (audiencia ideal)”.
Ahora entonces nos hacemos la pregunta incómoda:
¿Si creara 10 posts por semana resolvería mejor este problema que si creara 2 por semana?
La respuesta depende de la situación en la que nos encontramos. Sin embargo, si estamos empezando claramente publicar 10 veces a la semana no será mejor que 2.
Publicar con más frecuencia al comienzo no mejora nuestro posicionamiento ni nuestro crecimiento en el corto plazo. Pero eso no quiere decir que no sirva para nada. Simplemente significa que en el inicio no resuelve el problema más grande que muchos tenemos que resolver:
”Son tantas las cosas de las que me tengo que ocupar y que tengo que aprender que no me da la vida para todo”.
Con el paso del tiempo y a medida que van mejorando nuestras habilidades, nuestros objetivos van cambiando y el “mínimo viable” se va actualizando.
Vamos a verlo con un último ejemplo: la creación de productos o servicios.
A esta altura no hace falta que te diga que cualquier producto o servicio tiene que surgir de un JTBD. De algo que quiere resolver tu cliente potencial.
Crear un “curso de diseño” porque somos diseñadores es una de las peores ideas que podemos tener.
JTBD nos ayuda a salir de la mirada “egocéntrica” y nos pone en un lugar donde estamos obligados a “ser útiles” para alguien. Entender qué quiere resolver y crear una solución para ello.
En el caso anterior del diseñador, lo que puede suceder es que esta persona está empezando a notar cómo muchísimas marcas tienen logos horribles, mal diseñados y que no transmiten lo que efectivamente plantean las marcas.
Si al ver esto, empieza a hablar con los dueños de estos negocios seguramente se daría cuenta de qué es lo que pensaban los dueños sobre su logo, cuánto habían pagado por él, qué tiempo le habían dedicado y cuánto creían que importaba para su negocio.
Este diseñador podría darse cuenta de que un curso que les enseñe a los dueños de negocio algunos principios básicos para diseñar su propio logo y el impacto económico de tener un buen logo es una buena idea. Porque resuelve un problema que tienen y que si bien se daban cuenta de que “estaba mal” no sabían como corregirlo.
La diferencia entre el “curso de diseño” y un “curso para que dueños de negocio pequeños mejoren sus logos y generen mayores ingresos” es abismal.
Ahora bien… tenemos la idea inicial que parece súper interesante desarrollar, el siguiente paso debería ser:
Escribir todos los guiones de los videos, ir a un estudio de grabación, pagarle a un editor de video para que los deje increíbles, luego a un sonidista para que elimine el ruido de fondo y mejore la voz y finalmente con un productor para que los organice y suba a una plataforma educativa. Adicionalmente tendría que hacerse una sociedad en EEUU para poder utilizar las mejores herramientas de cobro y luego abrirse una cuenta en un banco y configurar automatizaciones para mantener a los alumnos enganchados…
Podría seguir pero creo que se entendió la idea. NADA de lo anterior es necesario para crear el curso… Necesitamos una mirada de mínimo viable.
Inicialmente deberíamos de poder invertir solo tiempo para validar nuestra idea. Según nuestra situación podíamos ofrecérselo gratis a algunos clientes potenciales para ver si les gusta la idea o venderlo a un precio reducido para pedirles a cambio testimoniales y feedback.
No necesitaríamos grabar nada, podríamos hacerlo en vivo por Zoom o Meet gratis. No hace falta armar todas las diapositivas sino bocetar en un documento de texto los temas, objetivos de cada lección e ideas centrales.
SI con este mínimo viable pudimos validar que las personas realmente recibieron lo que le prometimos estamos en condiciones de salir al mercado ahora sí con testimoniales a venderlo. Y lo ideal sería volver a hacer algo parecido para seguir recibiendo feedback y mejorar el producto ANTES de invertir muchísimo dinero y tiempo en grabarlo, editarlo y subirlo a una plataforma.
Podríamos estar días hablando de estas dos miradas complementarias: la del JTBD y la del MV. Pero por ahora es suficiente. Quiero que te quedes con lo importante:
Jobs To Be Done nos enseña que lo que sea que hagamos o necesitamos cumple una función particular, resuelve un problema. Lo importante es tener claro qué resuelve.
Mínimo Viable nos enseña que no necesitamos grandes soluciones para pequeños problemas, sino pequeñas soluciones para grandes problemas.