«Este año voy a leer 20 libros, bajar 10 kilos y empezar mi emprendimiento»
Hay pocas experiencias más frustrantes que encontrar algo que nos motive, contarle a todo el mundo lo que vamos a hacer, empezar con todas las pilas y al cabo de un tiempo…
- Dejamos el primer libro por la mitad (con suerte)
- Pagamos 3 meses el gimnasio y vamos solo 2 semanas.
- Le ponemos nombre al emprendimiento, quizá hasta elegimos un logo… y ahí queda.
¿Qué pasó con toda esa energía que sentíamos al empezar? ¿Dónde está?
Hoy quiero compartirte 5 claves que te ayudarán a lograr lo que te propongas.
5 claves que me ayudaron con mi marca personal.
Aún cuando el camino se volvió complicado en la pandemia y puse en riesgo mi “reputación como ingeniero”.
Quiero compartirte una forma de ver las cosas que me cambió la vida y que no requirió que hipotecara mi alma por facturar quichicientas cifras.
De hecho, me ayudó a pasar de ser un novato total en un mercado hipercompetitivo, a una marca personal posicionada que viaja por el mundo compartiendo sus aprendizajes.
La realidad es que puedes lograr empezar tu proyecto personal y no abandonarlo a mitad de camino.
Pero primero tienes que ser consciente de 2 cosas:
La primera es que en realidad no quieres lo que dices que te propones.La segunda es que tu percepción del tiempo está completamente errada.
No es de prejuicioso, no te conozco, pero dame el beneficio de la duda y escucha para sacar tus propias conclusiones.
NO QUIERES LOGRAR LO QUE TE PROPONES
Lo que imaginas 👇
– Tu cuerpo con 10 kilos menos
– Tu emprendimiento funcionando con clientes felices y un equipo sólido
– Tu rutina de 4 horas de trabajo x día desde una playa en Miami
Lo que no te imaginas👇
– Las 100 veces que fuiste al gimnasio a entrenar en el año, lo que dejaste de comer
– Los comentarios que tuviste que aguantar de los demás.
– Las horas que dedicaste hasta que tu producto funcionó.
– La cantidad de energía invertida para aprender las habilidades necesarias para tener un negocio sano.
Y no es que hay algo malo en vos.
O más o menos…
En realidad, cuando te propones el objetivo que sea y le contás a los demás lo que vas a hacer, en tu cerebro se genera dopamina, motivación, energía disponible.
Cuando das los primeros pasos y ves progreso también.
Peeeero… Llega un momento en el que el progreso se hace más lento. Incluso imperceptible.
Y ahí, todo ese subidón del inicio desaparece.
Y nos encontramos sintiendo exactamente lo contrario. La desmotivación.
¿Cómo hacemos entonces para que este no sea el fin de todo lo que nos proponemos?
Voy a darte un proceso de dos pasos.
Primero tenemos que aceptar que lo que generalmente queremos es el resultado. Pero NO queremos el proceso.
El segundo paso es entender que inconscientemente harás todo lo posible para no cambiar.
Por un lado, porque el cambio implica mucho esfuerzo y tu cuerpo está creado para ahorrar energía.
Y por el otro, tu mente se aferra a la imagen que tienes de ti y eso hace que no quieras cambiar.
Lo sé, la tienes difícil.
Pero eso no quiere decir que sea imposible.
Ni que la naturaleza o el universo conspiran en tu contra, más bien todo lo contrario.
Esto es un mecanismo que te está protegiendo para no malgastar tu energía.
Solamente hay que cambiar la mirada.
La forma de lograr eso que te propones es cambiando el foco: del objetivo al camino.
¿Sabes cómo llegas a ese peso soñado?
Seguramente sí… Descansando bien, haciendo ejercicio y siguiendo una dieta coherente.
¿Sabes cómo vendes 1000?
Aprendiendo a vender 1 y repitiendo y mejorando el proceso (999 veces).
¿Sabes cómo te conviertes en un buen padre o una buena madre (si ese fuera tu objetivo)?
Escuchando amorosamente a tus hijos.
«El cambio de mirada nos lleva a visualizar la meta, pero hacer foco en el camino (el paso a paso) como objetivo.»
Entonces, con este pequeño cambio de mirada ya empezamos a lograr cosas.
Todos los días.
De esta manera, nos olvidarnos de la meta, ponemos foco en lo que está a nuestro alcance.
Además, tenemos feedback y podemos ocuparnos del segundo tema importante que impide que logres lo que te propones:
TU PERCEPCIÓN DEL TIEMPO ESTÁ COMPLETAMENTE ERRADA
Situación:
Estás en la cama.
Agarrás el celu porque te llegó una notificación de Instagram.
Son las 22:07
Abrís Instagram para contestar el mensaje.
Son las 2 a.m.
Seguís en Instagram
Y lo peor… todavía ni siquiera contestaste el mensaje.
Esta situación puede que te pase con TikTok, Netflix, YouTube… pero estoy seguro que alguna vez te ha pasado algo similar.
¿Qué pasó?
No tendría que haberte llevado más de 5 minutos contestar el mensaje.
Pero algo apareció en el medio y eso que iba a llevarte un ratito se llevó hasta tu descanso.
«En general, no administramos bien el tiempo, ni el foco, ni la atención.
No nos enseñaron NADA sobre esto.»
Y nada de lo que te rodea está pensado para ayudarte, más bien todo lo contrario.
Por eso, la gestión del tiempo es el segundo punto clave si quieres lograr eso que te propones.
Para ello, necesitamos que no nos choquen los tres enemigos más grandes que tienes para lograr lo que te propones: LA PROCRASTINACIÓN, LA EXPECTATIVA y EL DESBALANCE.
VAMOS CON EL PRIMERO, LA PROCRASTINACIÓN
Suena la alarma a la mañana.
¿Qué haces?
¿Te levantas de una o tocas el botoncito mágico para “posponer” y que vuelva a sonar en 5 minutos?
No me mientas, apostaría a que si abro tu aplicación de alarma tienes más de 3 despertadores.
«Procrastinamos por dos motivos principales:
Pereza y miedo.»
Para no hacerla tan larga hoy vamos a centrarnos en el segundo: el miedo.
Miedo en forma de inseguridad, miedo en forma de vanidad, miedo en forma de perfeccionismo.
Por querer mostrar ese emprendimiento a prueba de balas, con un diseño increíble, clientes felices y un equipo de trabajo sólido.
Pero como dice Reid Hoffman:
“Si no te avergüenza la primera versión de tu producto, lo lanzaste muy tarde” R. Hoffman, cofundador de LinkedIn
La forma de vencer a la procrastinación está en utilizar la mentalidad “lean”:
Salir con un prototipo, un borrador.
El objetivo no es tener el negocio redondo antes de lanzarlo.
Es lanzarlo aunque se vea mal, para recibir feedback rápido y mejorarlo lo antes posible.
Piensa esto: mientras peor sea tu primer versión, más fácil será lograr una versión un poquito mejor.
Y ese trabajo de mejora continua se convierte en el camino a recorrer para construir ese negocio soñado.
Ahora bien, puede que le hayamos ganado a la procrastinación porque ya no esperamos que esté perfecto para arrancar.
Creamos ese primer prototipo y…
Nos encontramos con la segunda enemiga.
Es por culpa de ella que somos infelices en cualquier ámbito de la vida.
LA EXPECTATIVA
“Las metas le dan acceso al sufrimiento, porque inconscientemente llevan aparejadas una expectativa.” Zeke
Cuando nos ponemos una meta, si no tenemos cuidado la tomamos como una expectativa.
Esperamos alcanzar ese objetivo y si no lo logramos nos frustramos.
Hoy vamos a concentrarnos en la expectativa relacionada a los tiempos.
Tenemos la tendencia a sobreestimar lo que podemos hacer en el corto plazo y subestimar el largo…
Es decir:Pensamos que podemos hacer mucho más de lo que humanamente podemos en una semana, pero somos muy malos prediciendo lo que podemos lograr en 5 años.
Como tenemos esta expectativa tan errada nos ilusionamos y desilusionamos fácilmente. Esto lleva a la frustración, y la frustración a abandonar.
¿A qué voy con esto?
Imagina que eres un ingeniero.
Estás casado.
Están esperando un bebé.
Tienes un trabajo estable y buenos ingresos.
Y un día, sin querer queriendo, te das cuenta de que te llama muchísimo la atención la creación de contenido en Instagram.
¿Qué haces?
¿Lo dejarías todo para explorar tu curiosidad o te convences de que es una estupidez y sigues construyendo esa “vida perfecta” que te pintaron con la familia, el perro y la mansión de fondo?
Eso fue exactamente lo que me sucedió a mí.
Y lo que hizo que pudiera animarme a dar el primer paso fue que pude manejar bien las expectativas.
En mi caso:
– Era malísimo usando las redes sociales,
– No sabía usar ningún programa de diseño.
– Tenía una vergüenza tan grande a la cámara que me aterraba la idea siquiera de aparecer en el contenido.
– Era tanta la vergüenza que ni siquiera me animé a ponerle mi nombre al perfil (por eso le puse Zeke)
Si hubiera tenido la expectativa de convertirme en un referente al inicio es muy probable que hoy no estaría aquí.
En su lugar, mi expectativa era aprender a crear y subir un contenido en menos de 4 horas.
Eso me mantuvo entretenido un año entero.
No tenía siquiera la idea de que todo eso me iba a abrir posibilidades para dar charlas por el mundo sobre marketing y redes sociales unos años más tarde.
Ni que mi negocio iba a girar en torno a una marca personal.
Cuando pienso en la vida que estoy llevando desde el punto de vista del “Ezequiel ingeniero del 2020” me parece todo una gran locura.
Y quizá te esté pasando algo similar.
Ese emprendimiento que quieres que sea un éxito va a serlo, si y sólo si, tu expectativa está en el punto medio entre tu nivel de Habilidades y la dificultad del Desafío que te propones
Lo cuál está completamente conectado al último enemigo que vamos a ver hoy:
EL DESBALANCE NIVEL DE HABILIDAD VS. DESAFÍO
«Si el desafío es mucho mayor que tus habilidades te frustrarás y abandonarás.Si el desafío es mucho menor que tus habilidades te aburrirás y abandonarás.»
Este gráfico es parte de una investigación de más de 25 años sobre la felicidad iniciada por Mihály Csíkszentmihályi (no tenía apellido eh!)
Básicamente lo que dice es que…
En tu proyecto te vas a mover entre frustración, felicidad, aburrimiento, felicidad, frustración…
O como se suele decir entre: “lo estoy logrando”, “soy increíble» y “qué estoy haciendo con mi vida”?
Lo bueno es que en el camino vas a ir mejorando tus habilidades y con ello los resultados de tu proyecto.
Y quiero compartirte una estrategia infalible para lograr cosas difíciles.
O al menos que a tí te resulten difíciles.
Por ejemplo… ir al gimnasio.
Durante más de 10 años seguidos empecé y dejé el gimnasio todos los años. Jamás logré ir consistentemente 3 meses.
Pero en 2023 lo logré.
¿Cómo?
Empecé a ver el objetivo de “ir al gimnasio” como un proyecto.
Entonces entrené dos habilidades básicas para el proyecto.
– La primera era IR al gimnasio.
– La segunda era ENTRENAR en el gimnasio.
Parece estúpido lo que te estoy diciendo, pero fue la forma en la que terminé avanzando.
Cuando tuve la humildad suficiente para aceptar que no tenía desarrollada la habilidad de DISCIPLINA pude ajustar el desafío al nivel de habilidad que realmente tenía.
Entonces, en 2023 decidí hacer algo diferente y no me anoté directamente en el gimnasio.
Entrené la primera habilidad: La disciplina.
Lo que hacía era simple:
– Entrenar en casa 10 minutos cada mañana apenas me levantaba.
– Cuando logré eso un mes, empecé a hacerlo 20 minutos.
– En marzo recién me anoté en un gimnasio y desde entonces no he parado.
Parece hasta ridículo, pero mi “dificultad” más grande fue aprender a IR al gimnasio.
Tuve que tragarme el orgullo y aceptar que lo que tenía que entrenar primero era la disciplina en si misma.
«A veces la habilidad que impide que logremos avanzar no es tan evidente.»
CONCLUSIÓN
Puedes lograr empezar tu proyecto personal y no abandonarlo a mitad de camino siendo consciente de 2 cosas:
– La primera es que en realidad es probable que quieras el resultado pero no estés dispuesto al proceso que conlleva.
– La segunda es que tu percepción de lo que puedes lograr en el tiempo que te propones está errada tanto en el corto plazo como en el largo.
Y te llevas 3 ideas para revisar CÓMO accionar:
- Venciendo la procrastinación con una mentalidad de “borrador” (sobre esto vamos a tener un episodio completo que voy a dejar para que veas aquí).
- Trabajando la expectativa para que no nos juegue en contra.
- Buscando el balance entre nivel habilidad y desafío de nuestro proyecto.
Y ahora que ya logré hacer actividad física 5 veces a la semana voy por el siguiente desafío:
Crear contenido para esta newsletter (semanal), video de YouTube (semanal), contenido diario en Instagram y LinkedIn.
Tengo muy claro que es una locura, pero estoy con toda mi energía en este proyecto.
Por eso, hoy más que nunca:
Me encantaría saber qué te pareció el newsletter y que me cuentes sobre qué es lo que te propones lograr con tu proyecto.
Hasta la próxima 😉
Zeke